Esta noche se consumirán millones de uvas. Como decía magistralmente Mecano "Entre gritos y pitos los españolitos, enormes, bajitos, hacemos por una vez algo a la vez"
Es uno de esos momentos mágicos de la Navidad, como el brindis en Nochebuena o el despertar de los niños el día de Reyes. He hecho el propósito de pensar en 12 personas que hayan sido protagonistas de este mi año 2021 y agradecer su cariño, desde lejos o desde cerca, y acordarme de cada una conforme suene el reloj de la Puerta del Sol. Pero ha sido imposible.
Y ha sido imposible porque me salen muchas más de 12, me salen mogollón. Si estás leyendo este post, muy posiblemente seas una de esas personas, dado que apenas lo leen Family and Friends, pero los very very Friends, así que aprovecho para decirte que serás la uva 8 o quizá la 3, pero me acordaré de ti esta noche, después de los cuartos y antes del cava.
Te pones a pensar en lo que ha sido este curioso 2021 y vienen a la cabeza todos esos memes que hablaban de que ya sólo faltaba la invasión extraterrestre y la apocalipsis zombie. Pero si en vez de mirar a la pantalla de la tele o del teléfono, me olvido de las grandes noticias y me fijo en mis grandes-pequeños momentos, aparecen decenas de personas a las que recordar con cariño y gratitud.
Personas que son mi hijo y mi hija, y su madre, en ese peculiar equilibrio que mantenemos.
Personas que son hermanas y hermano, y madre. Sobrinos de esos que sientes como un poco hijos tuyos. Cuñados. Tíos. Primos. Nos hemos visto poco, pero no por cosa nuestra, no nos quedó otro remedio.
Personas con las que he reído o me han hecho reir. Esas personas que siempre veo con una guitarra y una bandurria por medio. O las que están alrededor en la piscina de la urbanización en verano.
Personas con las que he caminado por el campo, casi todos los días del año. Siempre con buena conversación, con cariño, con risas. Que me han enseñado lo bonito que es ver un pájaro, y lo sorprendente que me resulta que se sepa sus nombres. Personas que te muestran rutas para caminar, moverte entre árboles y montañas, y no perderte. Ver una víbora o aprender a querer a un perro. Y los hermanos de esas personas, siempre allí desde el siglo pasado. Personas con una pelota de golf en el llavero o una pulsera con su nombre en la muñeca.
Personas que son mis compañeros de trabajo (los que están por encima y los que están alrededor) y especialmente a mis compañeros de trabajo que ya son amigas, y que ellas saben quienes son. Hacer de posadero del marido de una, admirar la inteligencia emocional de otra y la vitalidad y blanca simpatía de la otra.
Personas que he conocido este año y que permiten experimentar algo fascinante, al menos para mí, que es conocer la vida, la experiencia y los sentimientos de otras personas. Sin duda, algo que me resulta emocionante, como cuando vas conociendo el personaje de una novela.
Recuperar personas que estaban olvidadas, ocultas, porque en el pasado las cosas no habían sido fáciles, pero ver que siguen teniendo la puerta abierta para ti, y eso te hace pensar que algo les darás cuando te vuelven a aceptar, y te hace sentir valioso, un poquito, y feliz. Muy feliz.
Personas que son los profesores de mis hijos, a los que conozco y veo en ellos cariño de verdad, no interés profesional, por lograr que sean felices y que se hagan mayores, adultos, responsables.
Serán 12 uvas para un año que se cierra en equilibrio y, básicamente, en paz. Espero que el tuyo se cierre igual. De corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario