Educar a los niños es tarea imposible de realizar a la perfección. Puedes poner más empeño, más tiempo, más o menos interés. Pero lo único seguro es que no lo vas a hacer cien por cien a la perfección. En otras cosas en la vida alcanzas la excelencia, en esto lo único que sabes es que nunca aciertas del todo. Siempre tienes la impresión de que o te pasas o no llegas. Corres el peligro de ser demasiado duro a veces y otras demasiado permisivo. No hay manera.
El mundo de los mayores, las prisas y los agobios no forman parte del mundo de los niños. Ayer mi hija se retrasaba mucho por la mañana y veía que llegabamos tarde a todos lados, al colegio, al trabajo. Cuando ella me dijo que si podía ser un poco más amable con ella y que la dejara de meter prisa, me di cuenta de que efectivamente estaba apretando demasido la tuerca.
Ante todo, mucho cariño, firmeza también, pero con cariño y con amabilidad. Tarea imposible en muchas ocasiones, lo que yo te digo. Disculpa mi niña.
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