martes, 5 de octubre de 2021

Sí, ha sido mucho tiempo fuera.


Hace más de 7 años que comencé a colaborar con una nueva empresa, joven y tecnológica, que ocupó gran parte de mi tiempo y me llenó de ilusiones para reconducir lo que en ese momento era un dramático contexto laboral y profesional. Esa ilusión y ese "menos tiempo disponible" me hicieron ir abandonando el ratito de felicidad que suponía escribir de vez en cuando sobre lo que me pasaba, en estas páginas. 

Fue pasando el tiempo y ese tiempo me ha hecho recuperar el contacto con dos personas a las que apenas veía pero que por una estupenda casualidad, o no, he incluido en mi día a día. Esas dos personas no se conocían entre sí, pero yo las conocía desde hace mucho años. Perdone el lector que no ponga la fecha exacta del inicio de esas amistades, pero son muchos años, muchos. Podría alegrarme de la experiencia y sabiduría obtenida con la edad, que lo hago, pero también provoca vértigo hablar de décadas como el que habla de semanas. 

Pues estas dos personas, ella y él, que no se conocían, cada vez que se juntan me recuerdan que debo recuperar la bonita afición de escribir este blog. No entienden porqué lo dejé y alimentan mi ego sobradamente con sinceras afirmaciones, supongo, sobre lo mucho que les gustaba leerlo. 

Hoy vuelvo a comenzar a escribir aquí. Lo hago porque es bueno para mí. Lo hago por ellos. Lo hago porque alcanzada esta edad, creo que escribir es de las pocas cosas que hago mejor que la media y al final, hay que intentar hacer lo que haces bien y, además, te gusta. 

La foto es de un paseo reciente con esas dos personas. Gracias. 


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