martes, 10 de abril de 2012

La Playa


Me encanta volver a la playa donde he pasado mi infancia. Una vez me dieron un susto tremendo en ella, fue cosa de una mala noche... pero el resto de los recuerdos son todos felices. Los mejores recuerdos de los primeros 20 años de mi vida, sin duda, están en esa playa. Contrastan con una infancia encerrada en una casa de un piso del centro de Madrid. Ir a Torre del Mar, ir a la playa, era libertad, era bicicleta, era pasar el tiempo con amigos..

Y además era un montón de primeras veces. En la playa, sobre esa arena, me dieron el primer beso, me agarré la primera borrachera (con vino dulce de Málaga, por supuesto), organicé y asistí a mi primera fiesta nocturna o lo que allí se llaman moragas, me ofrecieron mi primer cigarro, que sigo rechanzado y no creo que a estas alturas ya empiece nunca a fumar...

Y en cada ola que llega a la orilla vuelvo a encontrarme con mi padre. Y cuando me baño en sus aguas noto como él me rodea y me vuelve a abrazar. Y le cuento mis cosas y mis problemas y vuelvo a llorar un poco por él, aunque para eso no me hace falta ir a la playa. Y le cuento como va el Aleti, y le pido que desde arriba nos siga cuidando y que se nota que él está allí arriba, porque desde que él está allí arriba, y él nos cuida, seguimos bien.

Llegar allí es volver a ser niño. Volver a descansar. Las preocupaciones se quedan atrás. Todo es más fácil y se hace con mejor humor. Pero hay que volver, es la vida. Hay que volver a la ciudad, al trabajo, al despacho... pero la playa siempre nos está esperando.   

3 comentarios:

  1. ¡Menos mal que siempre nos queda la playa!

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  2. Ya lo he dicho otras veces, pero lo repito: me gusta mucho cómo escribes. Deberías escribir un libro.

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