lunes, 2 de mayo de 2022

Los novios


Me comenta un amigo que ayer, con eso de celebrar el día de la Madre, se reunió a comer la familia y como los hijos van cumpliendo años, vinieron acompañados de sus parejas. Me resisto a llamarles novios, aunque el titular de esta entrada sea ese, porque novios, novios, lo que se dice novios, lo eres el día la boda. Antes no y después, tampoco.  

Lo primero que me viene a la cabeza es ¿porqué vienen a tu casa? ¿No tienen madre? Pobrecitos, que desgracia y que coincidencia, que dos chicos tan jóvenes y de familias diferentes sean huérfanos. "Si, si la tienen", me responde. ¿Y entonces? ¿Cual es la necesidad? Además de hacerle un feo enorme a sus madres, son ganas de estar con apenas 20 años mirando la cara a un montón de desconocidos. 

Me veo yo en esa tesitura o parecida en un futuro no muy lejano y la verdad es que no sé que cuerpo se me queda. Una persona como yo, con tendencia innata al fracaso en el amor, mira cuanto menos con recelo esto del amor juvenil. No digo que no lo tengan que vivir, disfrutar, experimentar y celebrar mis hijos, por favor, si es de las cosas más bonitas de la vida, pero no puedo evitar un cierto mirarlo con un velo de desconfianza. ¿Cree el ladrón que todos son de su condición? 

Mi amigo me decía que intentaba no "cogerles mucho cariño" porque igual desaparecen en unos pocos meses y los echas de menos. Me pareció que hablaba más de un hamster que de una persona, pero no le faltaba razón. Los hamster duran poco y no se hacen querer mucho, como las parejas juveniles de tus hijos. 

Tampoco conviene conocerlos en profundidad, proseguía mi amigo, porque al final les pones una nota, una calificación, un juicio y algún prejuicio. Y eso, tarde o temprano se te nota. Se te nota que no te gustan nada o que te gustan mucho, y eso podría afectar a la relación con tus hijos, que son los que verdaderamente importan. Si le hace muchos cariños a tu hija, es un sobón, pero si no le hace ninguno, es un chulo. Si habla mucho es un listillo, pero si no habla nada es un "singracia". Complicado encontrar el término medio correcto.

Además, si les pones nota, y luego cambian a otra pareja unos meses después, seguro que como todo en la vida, cualquier tiempo pasado será mejor y el actual te parecerá mucho peor que el anterior, algo que no traerá nada bueno. 

Hasta hace nada estaba yo en el otro lado, o así me lo parece. En el papel del novio, en el de ir a la casa de los suegros, poniendo mi mejor sonrisa y educación, para causar una buena impresión, y ahora me veo en el otro lado, en el del padre vigilante, taimado, escondido, agazapado, como un cazador, dispuesto a valorar cualquier comentario, gesto o actitud. 

En cualquier caso, hijo, hija, no me hagáis caso. Traed a casa cuando queráis a vuestras parejas, que yo no soy nadie para comentar si está bien o mal, si es bueno o malo, si es lo que te conviene o no. La vida son etapas, y hay que vivirlas al máximo, aprovechando todo, todo, todo. Yo lo hice y lo sigo haciendo, y ni vuestra abuela ni vuestro abuelo jamás me dijeron nada, pensaran lo que pensasen. Me querían, como yo os quiero. Silencio, respeto y mucho amor. 


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