martes, 11 de enero de 2022

"Tó pa ná"

 


Escuchar la radio mientras voy sólo en el coche es un placer irrenunciable. De la misma forma que la apago en cuanto entra alguien conmigo en el coche, si voy a solas, me encanta la mágica compañía de la radio. Voy cambiando de cadena, buscando la palabra inteligente, brillante. La música también me gusta, pero es la última opción. Ante todo busco escuchar la palabra que aporta, la que sorprende, la que me puede traer una sonrisa, paz y esperanza. Las palabras de enfrentamiento, de luchas y de penas, esas no las quiero. 

Pues el otro día escuchaba la radio en el coche, como digo, y entrevistaron a un sabio, o al menos a mí me lo pareció. Le preguntaron una frase que resumiese "la vida" y respondió: "No te voy a dar una frase, te voy a dar tres sílabas que resumen la vida mejor que cualquier otra cosa: Tó pa ná". Me pareció magnífico. 

Es perfecto, es tan cierto y tan real, que todo lo demás se queda sin sentido. Todo lo que hagamos, lo bueno y lo malo, o lo que no hagamos, nuestros esfuerzos, nuestros miedos, nuestras penas, al final, todo, es para nada. Porque no nos llevamos nada. 

Y si no nos llevamos nada.. ¿Qué razón tiene sufrir por lo que no tenemos? Si al final caminamos hacia la nada, o hacia el todo si tienen razón los que tienen el don de la fe, pierde el sentido no ser generoso, porque el cariño, la palabra buena, la compañía, el tiempo que no compartas en vida, se pierden para siempre y otros te recordarán por no haberlo dado o no te recordarán, que es peor aún.  

Resulta muy liberador asumir que caminamos a la nada, o al todo, porque pierden sentido enfados por cualquier cosa perdida o deseo no alcanzado. Y cobra un sentido nuevo la necesidad de disfrutar el momento, sentirse bueno, en paz y, en la medida de lo posible para cada uno, ayudar. No quites nada, que nada te llevas. Comparte lo que puedas, ríe todo lo que puedas, abraza y disfruta a cada momento. 

Es lícito sufrir, por supuesto, y es necesario el duelo y el dolor en ocasiones. Pero saber que caminamos a la nada, o al todo, pone en su sitio lo que hemos perdido y era verdaderamente valioso, y nos muestra el poco sentido de algunas lágrimas del pasado por cosas innecesarias, por vanidades. por lo que no va a volver, y peor aún, poder llegar a pensar que no fuimos lo suficientemente buenos y generosos con los que queríamos y ya no están. 

Si doy cariño y no me lo quedo, si venzo la pereza de la distancia o el tonto egoísmo, cuando marche, o cuando marchen, no habré caminado a la nada, y quizá al final no sea "tó pa ná" porque me recordarán con cariño. ¿Qué más podemos esperar? 

Alguien se marcha del todo cuando ya nadie le recuerda. Hagámonos memorables. 


 




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