Uno de estos "memes" divertidos que nos llegan a cientos en cualquier época del año resumía que la vida se divide en cuatro etapas, a saber:
- Crees en Papá Noel.
- No crees en Papa Noel.
- Eres Papá Noel.
- Te pareces a Papá Noel
El pensamiento es muy divertido y además, muy exacto. Si en vez de Papá Noel decimos Reyes Magos pues también tiene su gran parte de verdad, al menos para la mitad masculina de la población. Las mujeres no se parecen nunca a Papá Noel, claro está, pero como símbolo nos vale.
Evidentemente el que escribe ya ha llegado a la última etapa. No es que yo sea un anciano de años incontables, sino que el color de mi barba y mi cabello es más blanco de lo que quisiera. Y si nunca me dejé barba porque no me favorecía, con el color blanco ya la opción queda totalmente descartada. Si antes me hacía parecer más grueso, ahora además me hace parecer mucho más mayor.
En cualquier caso, para lo que nos interesa, lo cierto es que he llegado a la cuarta etapa, la última, que espero que dure muchos cientos de años, como le está sucediendo al verdadero Papá Noel. Se me antoja más sano echar la vista atrás y recordar etapas anteriores que caer en el pesimismo de que son menos los años que quedan que los ya vividos. Además, si nos fijamos en los "Papá Noel" que somos o tenemos alrededor, veremos que son un poco el reflejo de nuestra vida, de nuestra forma de ser el resto del año.
1. Mejor es recordar los años en los que creías en la magia, en todas sus formas, y que el mundo es mucho más de lo que ves. Creer en que todo es posible, incluso y sobre todo lo imposible. Y creer que, si eres bueno, eso va a tener su recompensa. ¿Te has portado bien este año? Entonces tendrás los regalos que has pedido. Creer que todos somos buenos y que las personas que te quieren te van a querer siempre, y van a estar siempre a tu lado. Confías y crees.
2. Los años en que no crees en Papa Noel pero todavía no eres Papá Noel son esos años extraños, en los que no eres humano, sino adolescente. Hay tanto por descubrir, aunque ya sepas que no existe la magia, hay tanto por comprender, por conseguir, que no necesitas regalar ni que te regalen nada, porque tú lo sabes todo. Y lo que no sabes aún, desde luego no te lo van a enseñar los de siempre, esos que ponen normas y te dicen que quizá no lo sabes todo y que quizá escuchar es mejor que girar la cabeza y cerrar la puerta de tu cuarto. Es la etapa menos bonita, pero es necesaria,
3. Ser Papá Noel es la etapa mas larga y tienen muchas opciones y niveles, como en la vida.
Puedes ser un Papá Noel inexistente, perdido, vago, ajeno, que se esconde dentro de frases prestadas para no ayudar, regalar, querer, estar, con los demás. "Yo no creo en la Navidad", "Ella no me entendió nunca", "Nunca me llama él, siempre tengo que hacerlo yo"... Ser así es una opción, claro. No regalas nada, ni material ni inmaterial. Ni en Navidad, ni el resto del año.
Puedes ser un Papa Noel, por compromiso social, con prisas, por cumplir. No es que no les quieras, es que estás muy ocupado, tienes cosas mucho más importantes que hacer. Algunos de estos Papá Noel intentan compensar el tiempo no dedicado con el valor del regalo, que lo material eclipse lo inmaterial. Ya tendré tiempo para ellos, para los amigos y la familia, cuando me jubile, cuando no sea todo tan importante, todo, menos ellos.
También puedes ser un Papá Noel que no sea Papá, sino niño. Un niño grande que quiera transmitir y devolver el cariño y los regalos recibidos de otros, en otros tiempos. Un Papa-Niño Noel que quiera crear momentos especiales, transmitir, abrazar, sonreír y ser recordado. Llamar sin esperar a que te llamen, preguntar sin esperar a que te pregunten, dar sin esperar a recibir. No con todos, claro, eso es imposible, utópico, irreal, pero cada uno sabe de quien hablo.
4. Si no quieres parecerte a Papá Noel, ya sabes, gym y Grecian 2000.
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