martes, 10 de julio de 2012

Se acabó mi juventud, es oficial

Siempre hay momentos que marcan un antes y un después. En la vida las etapas no son oficiales ni empiezan ni terminan para todos a la misma edad ni momento. Ni siquiera la mayoría de edad, establecida a los 18 años, es del todo oficial. Existen muchas mayorías de edad.

Hace días se acabó mi juventud. Era un secreto a voces pero más o menos lo estaba esquivando. Que si me decían que tenía muchas canas, que si cumplir los 43, que si "señor sientese usted si quiere en este asiento".

El momento ha sido dramático. He comprado dos libros excelentes para reciclarme un poco y seguir aprendiendo y han podido conmigo. No consigo leer sin desenfocar cada dos por tres. Y al final, tuve que dar el paso. Me he comprado una de esas gafas de óptica para ver de cerca.

Aquí están:


Son el símbolo del adios a la juventud. Y lo quiero compartir con los que me leen.

Hace años, cuando dedicaba los meses de mayo a trabajar llevando alegría a todos los niños y niñas que celebraban su primera Comunión también tuve un momento así. Ese día descubrí que yo era más mayor que el padre de la niña. Aquello fue una revelación. Era el momento de crecer.

El de ahora ha sido otro paso muy grave en este sentido. Esas gafas son un símbolo y me he convertido en ese señor mayor con gafas que mira por encima de ellas para mirar de lejos y vuelve a mirar hacia abajo para leer el libro.

Ese soy yo. Que pereza. Cachis en la mar.